Este lunes 21 de setiembre, a las 19:30 hs. en el Teatro Solís, la Orquesta Filarmónica presenta: ORIÓN, nuevo concierto de la Temporada Principal 2009, "En clave sideral", celebrando el año internacional de la Astronomía.
DIRECTOR Eduardo Álvarez (MÉXICO)
SOLISTA Jorge Federico Osorio (México) (Piano)
OBRAS Blas Galindo – Sones Mariachis
L. V. Beethoven – Concierto para piano Nº5
Arturo Márquez – Danzón Nº2
Chaves - Chacona
J.P. Moncayo – Tierra de Temporal
LUGAR TEATRO SOLÍS
Entradas en venta en boletería del Teatro y Red UTS.
Orquesta Filarmónica de Montevideo
www.filarmonica.org.uy
1950 8147 / 099757524
ORIÓN
Desde los antiguos códices mesoamericanos, hasta los modernos observatorios astronómicos, la tierra méxicana posee una extensa tradición en astronomía. Uno de sus máximos exponentes fue el astrónomo Guillermo Haro, -esposo de la célebre intelectual Elena Poniatowska, quien lo retrata en su premiada novela, “La Piel del Cielo”-. Haro se destacó no solo como brillante investigador sino también como pujante impulsor y promotor de la astronomía. Entre otras actividades tuvo a su cargo la dirección del Observatorio Astrofísico de Tonantzintla a partir del cual fundaría el prestigioso INAOE (Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica). A medidados del siglo XX y desde ese mismo observatorio descubrió tres objetos peculiares semi-estelares en la inconfundible constelación de Orión, en una región cercana a la Gran Nebulosa de Orión. No se tardó en comprender que se trataba de una nueva clase de objetos astronómicos, hoy conocidos como objetos HH (Herbig-Haro), asociados a emisiones producidas por estrellas nacientes. Contemporaneos de Guillermo Haro, los músicos mexicanos que esta noche serán interpretados bajo batuta también mexicana, -Galindo, Chávez, Márquez y Moncayo- tienen en común no solo el haber compartido la misma tierra y el mismo siglo, sino también la pasión por impulsar con similar vigor al México moderno. Al igual que la astronomía mexicana, sus composiciones hunden sus raices en las tradiciones mesoamericanas y las proyectan a nuestro tiempo con renovado lenguaje. Como un calendario milenario su rostro vigente mantiene la esencia de la curiosidad científica, preguntándose y preguntándonos, como aquel niño maravillado, “¿allá atrás se acaba el mundo?”
Martin Monteiro.
